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No, pero habrá una fiesta dionisiaca para la número 200.
Dionisos, o Baco, era el dios griego (o romano) del vino. Se cuenta que el niño Dionisos recogió una vid y la plantó en un fémur de pájaro (en la parte de arriba, se forma una cuenca, donde va el delicioso tuétano). Mientras caminaba, la vid comenzó a crecer así que tuvo que meterla en un fémur de león. Finalmente la planta creció tanto que tuvo que meterla en un fémur de burro (esa puede ser una buena interjección, ¡fémur de burro!).
Por eso se dice que cuando los hombres toman vino primero se sienten ligeros como pájaros, luego se comportan valientes como los leones, y finalmente estúpidos como asnos.
No tomes a mal esta historia moralista, en realidad los griegos estaban lejos de ser victorianos preocupados por beber de más en sociedad. De hecho el valor cultural que le otorgaban los antiguos al fermento de uva puede verse en el adagio latino "in vino veritas", en el vino está la verdad. No como alineación, no para perderse, no en la embriaguez sino en la "ebriedad". Recuerdo que la primera vez que tomé lo suficiente como para sentir esa calidez en el pecho y una euforia en cada respiro tenía 16 años; eso que a un adulto le pasa muy de vez en cuando, después de una buena comida acompañada de un excelente vino, con un ambiente fresco y buena compañía, lo obtiene un adolescente con tan solo unos tragos. Y esa vez pensé "¿por qué el mundo no es así?".
En fin, haremos pronto esa bacanal en honor al afortunado ganador.
Caravaggio - Baco
P.S. Nótese cómo este blog ha mejorado en sus referencias visuales. Hace un par de meses la redacción habría puesto algo como esto:
Maurice Vellekoop - Greek Gods
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